Una cama en el centro del escenario.
Sobre un traveling sin fin tres cámaras registran cada movimiento de la diva.
La persiguen. Violan su intimidad.
Las cámaras suben, giran, registran, urden.
Chismosas, mecánicas.
Todo sirve.
Hasta el último mohín será televisado.
Dibujos de Sebastián Camacho